Te enseñamos todas las calderas del mercado para que puedas escoger la mejor caldera que se adapte a tus necesidades
Las calderas son dispositivos que podemos encontrarnos en domicilios, oficinas y fábricas cuyo objetivo es generar calor mediante una fuente de energía. Encontramos diferentes tipos de calderas, algunas para calentar espacios o para calentar agua.
A lo largo de la historia han existido diferentes tipos de calderas que se han ido actualizando o mejorando según la tecnología y las nuevas fuentes de energía. Hoy en día, una de las calderas más populares es la caldera de gas, aunque en el mercado encontramos una gran cantidad de diferentes tipos de calderas, cada una con sus ventajas y desventajas, según el uso que se le vaya a dar y el consumo de la caldera. Antes de adquirir una caldera, es importante comparar las diferentes características que ofrece cada tipo de caldera para encontrar la que mejor se adapta a tu situación o a tus necesidades
¿Qué es una caldera?
Para comprender mejor cuáles son los tipos de calderas, es importante primero tener claro qué es una caldera. Una caldera es un sistema que se usa para calefacción y suministro de agua caliente, es el pilar central del sistema de calefacción de un hogar. Gracias a las calderas, mediante el consumo de algún combustible o fuente de energía, podemos calentar agua para generar vapor y usarlo para una gran cantidad de fines.
Las calderas han ido evolucionando a lo largo de los años, según iba avanzando la sociedad. Antiguamente las calderas eran muy contaminantes y no disponían de muchos mecanismos de seguridad, lo que las hacía poco seguras, por lo que su uso no era tan extendido como en la actualidad. Esa situación ha ido cambiando; las calderas de hoy en día son totalmente seguras, funcionan sin hacer ruido y no producen residuos. Han mejorado técnicamente hasta tal punto que las calderas son el sistema de calefacción preferido en la mayoría de los domicilios del país.
Estos son nuestros precios de instalación de nuevas calderas
Desplazamiento
.Mano de obra
30 minutos- El servicio minimo incluye el desplazamiento y media hora de mano de obra, que son 41€ (49,61 iva incluido)
- En el caso de que el trabajo de reparacion excediera de los 30 minutos, se facturaria en franjas de 15 min
Mano de obra
15 minutos- El 70% de las averias se solucionan en la franja de los 30 minutos
Revision
Revisión de caldera de gas- El precio de la revision de caldera es un precio cerrado, y esta incluido en el la mano de obra, el desplazamiento y el analisis de la combustion
* Los precios no incluyen I.V.A
¿Cómo funcionan las calderas?
El funcionamiento de una caldera es muy sencillo. Las calderas disponen de un espacio vacío llamado quemador, en el que el combustible (gas, electricidad, gasoil, leña, etc.) se convierten en fuente de energía para suministrar el calor. En el interior de la caldera se encuentra una tubería de agua que está conectada al quemador que provoca que el agua se caliente gracias a la fuente de energía (por medio de la combustión o la resistencia eléctrica). El agua caliente llega hasta el intercambiador, que es el lugar donde se va a distribuir la energía. El intercambiador puede disponer de dos circuitos totalmente diferenciados entre sí; para agua y para calefacción. De esta manera, el intercambiador calienta el agua que pasa por la caldera, haciendo que el agua del grifo salga caliente y calentando el agua que fluye por el sistema de los radiadores.
Tipos de calderas según el combustible que utilizan
Hay diferentes tipos de calderas que usan diferentes tipos de combustible o fuente de energía. Cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes, siendo algunas de ellas más contaminantes y otras que usan combustibles renovables. Según el combustible que usan, las principales calderas que podemos encontrarnos son:
Caldera de gas
Este tipo de calderas es uno de los más extendidos en la actualidad gracias a su buen rendimiento y al que el coste de instalación es inferior al resto de calderas. También ha influido su popularidad el hecho de que el precio del gas natural es más económico que el del resto de combustibles (como la electricidad). Aun así, también podemos encontrarnos calderas de gas butano o propano, pero su popularidad está cayendo en favor del gas natural.
Entre las ventajas de las calderas de gas destacamos su bajo coste de calefacción, el mantenimiento y la instalación de este tipo de calderas es de las más económicas, son calderas silenciosas y muy eficientes. Por contra, las calderas de gas necesitan una instalación adicional de gas en el hogar, para que la caldera pueda usar el gas como combustible. Por lo que a la instalación de la caldera de gas habría que añadir el coste de la instalación de gas natural. Algunos gases, como el butano, en vez de una instalación, requieren de la compra y transporte de bombonas, lo que puede generar molestias si no somos precavidos y se nos agota la bombona de butano.
Tipos de gases aptos para las calderas de gas
Gas butano. Este gas tiene un gran poder calorífico, reduciendo considerablemente el consumo de combustible. Sin embargo, únicamente se suministra mediante bombonas. Este tipo de combustible ha ido perdiendo popularidad debido al inconveniente del suministro. Se recomienda únicamente en climas templados, sin excesivo frío.
Gas propano. El gas propano tiene también un alto poder calorífico y además dispone de más medios de suministro que el butano. Al congelarse a partir de los -44ºC (frente a los 0ºC del butano), el gas propano se recomienda para los climas donde se registran temperaturas bajo cero.
Gas natural. Es el tipo de calderas de gas más popular, ya que el gas natural es el gas más económico y ecológico que el resto de los gases que os detallamos aquí. La principal desventaja es que necesita la instalación de una toma de gas natural en el hogar.
Calderas GLP: Las calderas de gas licuado de petróleo tienen una tecnología similar a la que encontramos en las calderas de gas natural. La principal ventaja de este tipo de calderas es su eficiencia, que es superior al 90%, lo que es ideal para reducir costes. Aunque hay que tener en cuenta que el gas licuado del petróleo es más caro que el petróleo o el gas natural.
Caldera de gasoil
Este tipo de calderas es una de las más longevas, ya que se usaba desde hace muchos años. Las calderas de gasoil son la alternativa preferida para los hogares o empresas que no disponen de acceso a gas canalizado para aquellas viviendas que no tienen acceso a gas canalizado, cómo gas natural o gas propano. Entre sus ventajas encontramos que el gasoil es una de las fuentes más económicas y, por lo tanto, es una caldera bastante económica para calefacción. Entre sus desventajas cabe destacar que este tipo de caldera no es silenciosa y la combustión de gasoil produce residuos. Además, necesita un depósito de gasoil para que funcione correctamente, por lo que el espacio dedicado a la calefacción es considerable.
En la actualidad este tipo de calderas son más populares en casas rurales y viviendas unifamiliares alejadas de grandes centros urbanos y que carecen de suministro de gas. Aunque cabe destacar que recientemente, las calderas de pellets han ganado popularidad en estos entornos alejados, pues el combustible usado es más económico y limpio que el gasoil.
Calderas de pellets
Este tipo de calderas han ido ganando popularidad en los últimos años, en sustitución de las calderas de gasoil. Su combustible son pequeños cilindros de serrín natural seco comprimido, haciéndolos muy densos y dándoles un gran poder calorífico que es ideal para usar de combustible.
Su principal ventaja es que esta caldera usa biomasa como combustible, lo que la hace muy ecológica. Además, los pellets son muy económicos, pues cuestan la mitad que el gasoil y ocupan poco espacio, al estar muy comprimidos. La forma normal de suministro es mediante sacos o bolsas.
El funcionamiento de este tipo de calderas no es muy diferente a las calderas de gas: el quemador quema los pellets introducidos para generar una llama que entra en la caldera para calentar el líquido.
Calderas de leña
Este es otro tipo de caldera que utiliza biomasa como combustible. Las calderas de leña son populares en zonas rurales alejadas de núcleos urbanos grandes. Es una de las calderas más ecológicas presentes actualmente y el funcionamiento es tan sencillo como introducir directamente leña en la caldera para que arda.
Una de las ventajas de las calderas de leña es que son de mayor potencia que las calderas de pellets, por lo que es ideal para casas rurales grandes. Además, la leña es más económica que los pellets y, en zonas urbanas, conseguir leña es realmente fácil. En los últimos tiempos han salido las calderas policombustibles, es decir, calderas que aceptan tanto leña como pellets como combustible.
Calderas eléctricas
En estas calderas se sustituye el combustible por varias resistencias eléctricas que generan calor mediante electricidad. Es una de las pocas calderas que no usan ningún tipo de combustible para su funcionamiento. Gracias a ello, este tipo de calderas no generan ningún tipo de gas ni residuo. Al funcionar todo de manera eléctrica, su regulación de potencia es mucho más completa que en otro tipo de calderas, por lo que se puede llegar a reducir el consumo con una correcta regulación, gracias al termostato.
Tipos diferentes de calderas eléctricas
Caldera convencional eléctrica: este tipo de calderas funcionan mediante resistencias eléctricas que calientan el agua para la climatización central del hogar y del agua sanitaria.
Caldera eléctrica iónica: este tipo de caldera no usa resistencias eléctricas. Utiliza la corriente alterna para la electrólisis, que permite aumentar la temperatura del agua de la caldera mediante un campo eléctrico entre los electrodos presentes en este tipo de calderas.
Caldera eléctrica de inducción: Estas calderas tienen un funcionamiento similar a las cocinas de inducción; un electroimán dentro de la caldera genera calor que calienta un líquido intermedio (líquido termo-conductor) que va a ser el encargado final de calentar el agua para su distribución al sistema de calefacción central del hogar.
Caldera de carbón
Esta es probablemente una de las calderas más antiguas de este listado. En las calderas de carbón, la energía calórica procede del carbón que, al calentarse, produce una larga combustión capaz de calentar espacios muy grandes. A pesas de su gran poder calorífico, este tipo de calderas están actualmente prácticamente en desuso debido a sus muchas desventajas.
La principal desventaja de este tipo de calderas es su contaminación y falta de seguridad para prevenir accidentes (incendios). Son muchas las regulaciones que están saliendo y complicando la implantación de estas calderas como uso normal. Tampoco ayuda el hecho de que todo el proceso de combustión se hace de forma manual (hay que ir introduciendo manualmente el carbón deseado en la caldera) y no hay ningún mecanismo que regule la temperatura o potencia de la caldera. Además de todo esto, hay que buscarle sitio al carbón para estar siempre provisto de combustible.
Calderas solares
Estas calderas usan la radiación térmica solar para poder generar calor en la vivienda. Es la caldera más ecológica del listado, sin embargo, requiere de una gran inversión en la instalación ya que, además de la instalación de la caldera, hay que realizar una instalación de paneles solares.
La forma más habitual de usar estas calderas es complementandolo con algún otro sistema de calefacción, ya que en este tipo de calderas se puede dar el caso de quedarnos sin “combustible”.
Tipos de calderas según sus características
A la hora de escoger caldera o el combustible que quieras usar para tu sistema de calefacción y agua caliente en tu hogar, tienes que comprobar también las características de las calderas para poder escoger la que mejor se adapte a las necesidades de tu hogar. Aquí te mostramos las principales características presentes en algunos tipos de calderas:
Calderas simples y calderas mixtas
Esta característica nos habla de los diferentes sistemas que dispone la caldera. Cuando hablamos de una caldera simple, estamos hablando de una caldera que sólo puede calentar agua o solo se puede usar para distribuir el calor a los radiadores.
Una caldera mixta es aquella que tiene dos circuitos y es capaz de calentar agua y usarse como calefacción central del hogar. Uno de los problemas de estas calderas mixtas es que pueden perder potencia si se usan a la vez varios sistemas, lo que provoca el típico problema de perder agua caliente en la ducha si alguien usa algún grifo de agua caliente.
Calderas atmosféricas
Las calderas atmosféricas son calderas que usan gas para el sistema de calefacción y que realizan la combustión utilizando el propio aire de la vivienda o estancia en la que se han instalado. La cámara de combustión de las calderas atmosféricas está abierta, para que pueda entrar el aire y se pueda producir la combustión del gas. Entre las calderas de gas, este tipo de calderas son las menos seguras y más contaminantes. Este tipo de calderas están prohibidas, tanto instalarlas como fabricarlas desde 2013, según normativas europeas (ErP – ELD) y españolas (R.I.T.E.). Estas calderas poco seguras han sido sustituidas por las calderas estancas o de condensación.
Calderas estancas
Este tipo de calderas se diferencian de las atmosféricas en que la combustión del gas se produce en una cámara hermética y cerrada dentro de la propia caldera, en comparación a las calderas atmosféricas que necesitan el oxígeno circundante para producir la combustión del gas.
En las calderas estancas, para poder obtener el oxígeno necesario para su combustión, utilizan una instalación adicional que trae el oxígeno a la caldera desde el exterior de la vivienda. Mediante esta instalación, la caldera también es capaz de expulsar cualquier humo residual que pueda producir la combustión fuera del domicilio, lo que les da una seguridad añadida a estas calderas.
Además de por su seguridad, las calderas estancas han sustituido a las calderas atmosféricas para aumentar su rendimiento, ya que, al producirse la combustión en un lugar cerrado herméticamente, no se pierde tanto calor que con las calderas atmosféricas
Calderas de baja temperatura
Este tipo de calderas es una optimización de las calderas estancas y nacen para ahorrar combustible y mejorar al máximo la eficiencia. Regulan la calefacción según la cantidad de agua caliente que se solicite y a la temperatura del exterior, con lo que se evita el típico comportamiento de calentar y parar cíclico de las calderas habituales. Este tipo de calderas funcionan únicamente a bajas temperaturas, por debajo de los 40ºC. De esta forma se consigue calentar lo suficiente el agua sanitaria y el hogar con un consumo ultra reducido. La ventaja de usar estas calderas es que el rendimiento, por lo general, es superior que a otras calderas de gas (estamos hablamos de entorno al 95% de rendimiento) y se ahorra aproximadamente un 25% de combustible.
Calderas de condensación
La caldera de condensación es también una actualización de las calderas estancas. En las calderas de condensación, además de la combustión, se aprovecha del calor de los humos residuales de la combustión para generar calor, cosa que una caldera estanca no es capaz de hacer. Para poder aprovechar el calor del gas, evitan expulsar los gases inmediatamente, sino que el humo se mantienen en la caldera para condensarlos y absorber el calor del humo.
Al aprovechar todos los elementos de la combustión del gas, este tipo de calderas son las únicas que pueden alcanzar el 100% de rendimiento, ahorrando en combustible y reduciendo costes. Son el tipo de calderas más eficientes y además reducen drásticamente los residuos, ya que, al enfriar el dióxido de carbono, la mayor parte del residuo de este tipo de calderas es vapor de agua.
Desde el 2015, las normativas europeas (ErP – ELD) exigen que las nuevas instalaciones de calderas de gas de uso doméstico sean de este tipo de calderas.
Calderas de bajo NOx
Este tipo de calderas son tambien otra mejora de las calderas estancas, aunque en este caso el objetivo está más enfocado a evitar la contaminación que a mejorar su eficiencia. Las calderas de bajo NOx tienen como objetivo reducir la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx). El óxido de nitrógeno es una de las partículas más contaminantes para el medio ambiente y se produce en todas las combustiones a altas temperaturas de cualquier combustible fósil.
Para poder reducir la emisión de estas partículas tan contaminantes, las calderas de bajo NOx lo que hacen es refrigerar el humo que se genera con la combustión del gas (del mismo modo que lo hace una caldera de condensación). Para ello se suele valer de un refrigerador dentro del propio quemador.
Calderas modulantes
El objetivo principal de este tipo de calderas es reducir considerablemente el consumo de combustible, aumentar la eficiencia energética de la caldera y reducir las emisiones contaminantes. Para esta labor, las calderas modulares tienen la capacidad de aumentar o reducir la potencia (de modular, de ahí su nombre) y el consiguiente gasto de combustible, gracias a un cronotermostato modulante cuyo objetivo es el de abrir y cerrar circuitos para mantener una temperatura constante programada por el usuario. Es una evolución de los termostatos, con una sonda que mide la temperatura en tiempo real, y que se ajusta automáticamente de forma precisa a la temperatura que se le solicita.
Calderas con microacumulación
Esta es una característica muy interesante de algunos tipos de calderas presentes hoy en día. Las calderas con microacumulación o acumulación consisten en calderas capaces de calentar el agua de manera instantánea para el usuario. Esto lo consiguen mediante un pequeño depósito dentro de la propia caldera que mantiene una cantidad de agua siempre caliente.
La principal ventaja de este tipo de calderas es evitar las pérdidas de agua producidas por dejar el grifo abierto a la espera de que se caliente para poder usarla. De esta forma, en un año, se puede ahorrar varios litros de agua, que se hubieran desperdiciado con otro tipo de calderas tradicionales.